domingo, 26 de septiembre de 2010

Vía Verde del Embalse de Picadas


Una ruta para toda la familia, por terreno llano completamente, apto para familias con carrito de bebé si es necesario.
Tipo de marcha: Ida y Vuelta
Distancia: 14 Km
Desnivel acumulado: 10 m
Esta ruta discurre por la vía abandonada de un ferrocaril de vía estrecha que nunca llegó a funcionar. Este tren pretendía unir la línea Madrid - Almorox con el oeste peninsular a través del valle del Tietar. La distancia total son 14 kilómetros, a priori parecen muchos, pero son muy cómodos de hacer, si llevas niños muy, muy pequeños, la mochila portabebés o el carrito son buenas soluciones. La ultima vez que hice la ruta, el infante mas pequeño era una nena de cuatro años, que solo fue transportada en mochila un rato pequeño. Hicimos la ruta de ida por la mañana, paramos a comer, descansamos un buen rato y en la tarde hicimos el camino de vuelta. Charlando sin darte cuenta, van pasando los kilometros y no se hace largo.

La ruta se puede empezar indistintamente por un extremo o el otro. Bien se accede a la presa del Embalse de Picadas, para dejar el coche allí, o bien se puede iniciar desde el puente de la carretera 501 a los pies de la presa del Embalse de San Juan. Una vez cruzado el puente, sale un camino por la izquierda que lleva a una zona amplia donde dejar los coches.
En esta ocasión decidimos empezar desde este ultimo sitio, por que la ruta empieza con la protección de los arboles que sombrean todo el camino y teniendo en cuenta que llevábamos a la peque de cuatro años y podíamos darnos la vuelta a mitad del camino si era necesario y comer a la sombra de los enormes pinos.
Desde el aparcamiento, tenemos que empezar con una pequeña subida para alcanzar la plataforma ferroviaria, una vez arriba vemos una barrera para vehículos y a nuestra izquierda las instalaciones de la Real Federación Española de Piragüismo en lo que fue el antiguo apeadero de San Juan. Durante tres kilómetros iremos por la orilla derecha del Alberche, sin ninguna complicación y con la posibilidad de disfrutar de las vistas del embalse de Picadas. Con suerte y dependiendo de la época del año, podremos ver saltar a los barbos y por que no a alguna águila acechándolos.
Después de esos tres kilómetros, nos encontramos con un viaducto que nos lleva a la orilla contraria del pantano. El camino continua hasta llegar a un pequeño aparcamiento, muy utilizado por pescadores, donde nos encontramos con otra barrera para impedir el paso a vehículos, continuamos nuestro camino por la plataforma, no sin antes encontrarnos una señal que nos advierte de posibles desprendimientos por lo que debemos tener mucho cuidado al pasar por estas antiguas tricheras, ya que aparte de las señales, por el camino se pueden observar algunas rocas caídas.
Durante un kilómetro y medio, pasaremos por pequeños puentes hasta llegar a un túnel excavado en la roca, podemos evitarlo pasando por una pista que sale a la derecha, pero el túnel solo tiene 100 metros de largo y se puede pasar sin problemas aunque no se tenga linterna, siempre se ve el final del túnel y a los críos le llama bastante la atención, es como entrar en una cueva!! Al salir del túnel, continuamos por la plataforma, pasando por otros dos viaductos. En esta zona el embalse se ensancha y ya se parece mas un embalse que a una laguna alargada por el estrecho valle. El final está cercano. Llegamos al muro de la presa, desde donde se puede observar la verdadera profundidad que tenía el cañón del río Alberche. En verano se puede uno atrever a bajar a los pies de la presa a darse un chupuzón, el agua está fría pero se agradece. El lugar es realmente precioso. La vuelta la realizamos por el mismo camino. 
Es muy importante llevar bastante agua, durante el recorrido no nos encontraremos ninguna fuente, el terreno es muy seco. Esta recomendación es primordial para la época veraniega pues el algunos tramos el sol pega de lo lindo. También llevar una buena crema de protección solar para todos.




viernes, 24 de septiembre de 2010

Segundo Intento de Montar el Campo II


Este año parece que ascender a la cumbre del Manaslu va a ser complicada, los días pasan y la climatología no lo pone nada fácil. La expedición de Carlos Pauner se encuentra a los pies de la montaña, tratando de ir montando los campos de altura. Hace una semana, conseguían montar el campo I y regresar al campo base. La previsión era de mal tiempo durante los próximos días y allí han ido aguardando día tras día una tregua. Ayer jueves tenían previsto montar el campo II, pero según nos cuentan a través de su web, no fue posible. "Del campo I al II hay 8 horas caminando con un desnivel de 1.000 metros y con nieve incesante; por ello el peligro es excesivo, teniendo en cuenta la mala visibilidad, riesgo de avalanchas... etc. Por ello han creído apropiado bajar al base a volver a esperar un parte meteorológico favorable para volver a subir a montar el campo II y de esta manera terminar con su aclimatación para en el siguiente ascenso, hacer un intento de cima".

Carlos Pauner en la ascensión del Chooyu
Ahora nuevas noticias de ellos nos ponen en situación sobre sus planes mas inmediatos. "Después de varios días en el campo base esperando a que amainen las fuertes lluvias y la nieve en altura, Carlos Pauner, Javier Pérez, Xavi Arias y Unai Llantada van a partir mañana a primera hora directamente hacía el campo II situado a 6.400 m, están dispuestos a pasar la noche en el II, del que les separa doce horas de caminar y casi 1.700 metros de desnivel.
Si la meteorología lo permite mañana conseguirán su objetivo, que es dormir en el campo II y regresar al base; con esta ascensión darán por concluida la aclimatación, por ello el siguiente ataque será directo a cima. 
En esta ocasión, ya no cuentan con Juanito Oiarzabal como miembro de la expedición, ya que debido a la dilatación en el tiempo del ascenso al Manaslu y sus compromisos profesionales en España, se ha visto obligado a regresar a casa".

Esperemos que las condiciones climáticas les den la tregua que necesitan y consigan llegar a la cima y regresar sanos y salvos.

martes, 21 de septiembre de 2010

La Zona de la Muerte

La zona de la muerte fue definida por el médico suizo Edouard Wyss-Dunant en 1953 como la zona por encima de los 7.500 metros en la cual el hombre ya no puede aclimatarse: Aquí, sólo es posible adaptarse durante un cierto tiempo limitado, ya que no se compensa del todo el gasto de energía durante el tiempo de reposo. Es la denominación que le dan alpinistas y escaladores a las regiones que se encuentran a una altitud a partir de la cual la vida humana aun por periodos cortos de menos de un día es prácticamente imposible debido a la baja presión atmosférica que hace que al sistema respiratorio le sea más difícil encontrar el oxígeno disponible para respirar. Esto genera soroche, puna o mal de altura y que puede provocar edema cerebral y pulmonar, si la persona no está bien aclimatada, siendo éstos las principales causas de muerte en altura.
Hay tanto oxígeno menos en las altas montañas que no es sorprendente que el viajar a grandes altitudes provoque malestar, pero todavía no comprendemos por completo cómo esta escasez de oxígeno deriva en el mal de altura. La mayoría de la gente se encuentra bien hasta los 2500m de altitud, la presión barométrica equivalente a aquella a la que están presurizadas las cabinas de los aviones. Sin embargo, incluso a 1500m sobre el nivel del mar se puede notar una falta de respiración superior a lo normal durante el ejercicio, así como una reducción de la visión nocturna.

Por encima de los 2500m, los síntomas del mal de altura son más apreciables.
* Cefalea (dolor de cabeza).
* Náuseas y vómitos.
* Anorexia (falta de apetito).
* Agotamiento físico.
* Trastornos del sueño. Que pueden ser, bien somnolencia o bien insomnio. También pueden presentarse episodios de disnea súbita nocturna(despertarse bruscamente con sensación de ahogo) debidos a la denominada respiración de
Cheyne-Stokes durante el sueño, esto es muy malo.
De hecho, el término mal de altura se puede usar para describir las enfermedades relacionadas con la altitud.
Hay tres formas de mal de altura que pueden afectar a la gente muy rápidamente después de haber ascendido a gran altitud.

+ Mal agudo de montaña
La enfermedad más común en las alturas es el mal agudo de montaña. Algunas veces también se le conoce como mal de altura o mal de montaña y en Sudamérica se llama soroche. La mayoría de la gente sufre el mal agudo de montaña como una enfermedad relativamente leve y auto-limitante. No se sabe cómo una escasez de oxígeno deriva en mal agudo de montaña. Algunos científicos creen que se debe a una inflamación del cerebro, pero la evidencia de esta hipótesis no es concluyente. La teoría es que en individuos propensos, la inflamación podría producir un pequeño aumento de la presión en el interior del cráneo y derivar en los síntomas del MAM. La inflamación podría ser debida a un incremento del flujo de sangre al cerebro o a la falta de estanqueidad de los vasos sanguíneos del cerebro.

+ Edema Pulmonar de Altura
El EPA es una acumulación peligrosa de líquido en los pulmones que impide que las cavidades aéreas se abran y se llenen de aire puro con cada respiración. Cuando sucede esto, el que lo sufre experimenta una progresiva escasez de oxígeno que a su vez empeora la acumulación de líquido en los pulmones. De esta manera, el EPA puede ser mortal en cuestión de horas. A pesar de años de minuciosa investigación, todavía se conoce muy poco de las causas exactas del EPA. Se ha observado que las bolsas de aire de los pulmones se llenan de líquido impidiendo que el oxígeno llegue a la sangre y desencadenando una serie de acontecimientos que pueden matar a las personas por EPA. Como en muchos procesos biológicos, existen muchos factores que juegan un papel en la enfermedad y existen evidencias suficientes para apoyar varias teorías sobre cómo llega el líquido hasta ahí.

+ Edema cerebral de altura
El ECA es una acumulación de líquido en el cerebro. El ECA pone en peligro la vida y requiere acción inmediata. Se desconocen las causas del ECA. Pueden intervenir varios factores entre los que se encuentra un aumento de flujo sanguíneo al cerebro. El aumento del flujo snguíneo es una respuesta normal a los niveles bajos de oxígeno, ya que el cuerpo necesita mantener un suministro constante de oxígeno en el cerebro. Sin embargo, si los vasos sanguíneos del cerebro está dañados, el líquido puede salirse y resultar en ECA. Aunque sabemos que cuando los niveles de oxígeno son bajos, se liberan elementos químicos reactivos y que éstos pueden dañar las paredes de los vasos sanguíneos, todavía no se ha demostrado que los vasos sanguíneos del cerebro experimenten mayores pérdidas.

+ Reglas de oro en caso de mal de altura
1. En caso de malestar, usted tiene el mal de altura hasta que se demuestre lo contrario
2. No subir más si se presentan síntomas del mal de altura
3. Si usted está empeorando luego descender de inmediato

¿Cómo prevenir estos riesgos?
La recomendación general para reducir el riesgo de sufrir alguna de las formas de Mal Agudo de Montaña es la de ascender a ritmo lentoForzados a ofrecer alguna cifra orientativa, algunos textos sugieren no superar los 500 metros de desnivel al día entre puntos de pernocta, recomendándose en cambio la clásica ascensión “en dientes de sierra”, con subida diurna a puntos más elevados que aquellos en los que pasaremos la noche.



lunes, 20 de septiembre de 2010

Peña Prieta

La montaña de Peña Prieta (2538 msnm) es considerada como cima más alta de la cordillera cantábrica. Pese a encontrarnos alturas mayores al norte, en los picos de Europa, la coordillera cantábrica se considera separada de Picos. La ruta parte desde el puerto de San Glorio a 1609 msnm.


Tiempo aproximado: 10 horas, la ruta fue realizada en invierno (enero), los tiempos para el verano, son entorno a las 8 horas.
Desnivel: más de 900 metros.
Cimas: Las Tetas 2108 msnm.

          Altares 2407 msnm.
          Cubil del Can 2436 msnm.
          Tres Provincias 2499 msnm.
          Peña Prieta 2538 msnm.


Vistas del Macizo Oriental de Picos de Europa
Comenzamos a caminar en plena noche, en dirección sureste ascendiendo lateralmente la ladera norte de Los Campanarios hacia su cima mas oriental conocida como Las TetasLlegamos a un estrecho paso en esta cima y continuamos nuestro camino hacia el Portillon de las Yeguas, que vemos hacia la izquierda. Desde el Portillon de las Yeguas que ganamos fácilmente, casi sin perder altura rodeamos la cima del Robadoiro por el oeste con unas vistas estupendas del Valle del Naranco. Continuando nuestro camino siempre en dirección sur, llegamos al collado Robadoiro, desde aquí podemos ver la cresta de los altares con casi 400 metros de desnivel, que nos parece impresionante desde el collado, vemos la nieve acumulada y pensamos en lo enormes que nos van a parecer esos 400 metros. Nos ponemos en marcha para subir a los Altares y como veis en las fotos, la arista de nieve que se acumula es impresionante.




Es excitante recorrer esa arista, viendo la caída a cada lado. Al llegar a la parte final, tenemos que echar mano de todos nuestros recursos, la cosa se pone mucho mas empinada y nos toca ayudarnos también con los piolets. Desde aquí ya vemos la cima de Peña Prieta, el Tresprovincias y el Espigüete, entre las nubes que quedan a nuestros pies. Una vez sobrepasado los Altares, recorrimos los altos del Cubil del Can, a gran velocidad, es bastante plano, y en un rato ya nos encontrábamos en el mojón de las Tresprovincias. Desde aquí, vemos la imponente cumbre de Peña Prieta, nos encontramos algo cansados. El Carlitos no se encuentra muy bien, ha sufrido bastante físicamente para llegar hasta aquí, el cuerpo le esta dando un toque. El se dará cuenta de esto tiempo después, en este momento solo piensa, que el cuerpo hoy no le lleva tan bien como el quisiera. Pero después de descansar un rato y comer algo, decidimos que estamos a solo unos pasos de conseguir el objetivo. Para ellos es su tercer intento. Y claro teniéndolo a la vista, quien dice que no!! Así que en  marcha a por la cumbre. Casi sin darnos cuenta llegamos a la cumbre. Ahora las fotos y nos queda lo mas importante, regresar. El camino de regreso se nos va ha hacer bastante largo y tedioso una vez conseguido el objetivo y ya regresando por la tarde con la nieve medio derretida. Pero conseguimos llegar sin ningún contratiempo, aunque con la hora ya casi encima. Se nos hace de noche cuando acabamos de quitarnos todos los trastos de encima para meternos en el coche.



Ver mapa más grande

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un grande!!



¿Que podemos decir de este gran alpinista? Bueno pues en principio para quien no lo conozca, decir que Carlos nació en Avila (España) el 5 de febrero de 1939, pero ha vivido en Madrid casi toda la vida. Tras una vida dedicada al alpinismo de élite, Carlos ha entrado en la élite mediática debido a que está consiguiendo unos objetivos deportivos sobresalientes en términos absolutos, a una edad en la que las personas de su generación son espectadores.

La ascensión al K2 (8611m) con 65 años, algo que solo Diemberger había osado intentar con 54 años y más recientemente una ascensión solo y sin oxigeno al Makalu (8463m), han supuesto una revolución en la forma de pensar sobre el himalayismo.

Sin embargo, la gran aportación potencial de Carlos es el ejemplo práctico de que en el siglo XXI se tiene una vida plena física, mental y espiritualmente, a una edad avanzada, algo impensable hace veinticinco años y que supone un estandarte muy llamativo para un colectivo grande y creciente de nuestra sociedad.

Entre sus logros deportivos, múltiples escaladas de alta dificultad en hielo y roca en cinco continentes. Nueve cumbres de más de ocho mil metros. Persona de más edad que ha hecho cumbre en el K2 (8.611 metros), Broad Peak (8.047 metros) y Makalu (8.463 metros). Único alpinista en el mundo que ha escalado seis montañas de más de 8.000 metros después de cumplir los 60 años. Primera persona en el mundo en hacer cumbre en el Dome Khang (7.260 metros).
Ascensión a las siete cumbres más altas de los 7 continentes. Cumbres ascendidas: Elbruz (Europa-1968), MacKinley(America del Norte-1971), Aconcagua (América del Sur - 1986), Everest (Asia-2001), Mont Vinson (Antártida - 2007), Carstensz (Oceanía - 2010) y Kilimanjaro (Africa - 2010).

Creo que os vais haciendo una idea de como es este gran deportista. Pero este hombre no tiene limite, no se rinde, ni se amilana facilmente. Irá donde le lleve su mente, subirá allá donde su convicción le de energias para llegar. Asi que pienso que los retos que el mismo se ha marcado, con su tesón, irán cayendo uno tras otro.

En el horizonte cercano tiene un difícil proyecto, completar la ascensión de las catorce montañas más altas de la tierra. Le faltan por ascender: Anapurna, Kanchenjunga, Dhaulagiri, Manaslu y Lhotse.
En la actividad de Carlos Soria es muy importante el estilo. No asciende en estilo alpino, ni renuncia a las cuerdas fijas si las hay;  tampoco –cuando se lo puede permitir económicamente- a llevar un sherpa, y ha utilizado oxígeno en el Everest y K2. Pero hay que valorar la importancia real que tienen los elementos anteriores, cuando muchas de sus ascensiones las ha realizado solo, no porque no hubiera otras expediciones en la montaña en ese momento, sino porque iba sin compañero con el compartir las decisiones, los riegos, y, sobre todo, conversar, lo que supone un esfuerzo psicológico considerable.

martes, 14 de septiembre de 2010

Evoluciones en el Manaslu

El Manaslu es la octava montaña más elevada del mundo, con una altitud de 8.163 metros. El nombre Manaslu proviene de la palabra "manas", que en idioma sánscrito significa ‘mente’, 'espíritu'. Así pues, es la Montaña del Espíritu. Los habitantes de la aldea nepalí vecina de Sama le conocen como Kambung, un dios local que se cree habita en su cumbre.

En un post anterior, comenté que Juanito Oiarzabal se proponía ascender de nuevo a la cumbre, participando en la expedición de Carlos Pauner. Pues bien, Carlos Pauner publicaba en su web, noticias de los avances de la expedición y de los obstáculos que la climatología les esta imponiendo.

Llegando al campo I
"El tiempo es malo, monzónico. Llueve, a veces a mares y a veces un poco menos. Nos hemos levantado con ánimo de ir hasta el campo 1 e instalarlo, pero la lluvia nos ha devuelto a los sacos de dormir. A las dos horas se ha abierto un claro y hemos decidido salir hacia arriba. Hemos subido por el terreno pedregoso que da paso a un glaciar con grietas profundas aunque bastante abiertas y claras. Poco a poco el día va empeorando, como siempre y comienza a echarse la niebla sobre nosotros. Unas pocas horas más y entre las brumas llegamos a ese pináculo situado a 5.700 m de altura, donde instalamos nuestro primer campamento. Rápidamente para abajo, entre nubes y lluvia y al final alcanzamos la tranquilidad de nuestro campo base. Hemos dado un paso importante entre este tiempo incierto. Las predicciones apuntan a tiempo revuelto por lo menos durante 4 días. Ahora toca descansar, recuperar el organismo y seguir avanzando en la aclimatación. Hemos alcanzado esa cota inicial de nuestra ruta y nuestro próximo pensamiento será colocar el campo dos por encima de los 6.500 m. Mucho trabajo, pero de momento hemos sido capaces de aprovechar una pequeña ocasión entre este brumoso tiempo y avanzar el primer peldaño tan necesario. Volveremos a nuestra monótona vida en esta pequeña ciudad de lona, con nuestras comodidades y con nuestras miserias. La humedad nos cala los huesos y todo está húmedo. Deseamos que pase el monzón y que pronto podamos seguir dando golpes certeros en nuestro inexorable camino hacia esta cima."

Parece por lo que nos cuenta, que el ascenso a la cima, va a ser bastante duro. Con un tiempo de perros y teniendo que ver desde el campo base el momento oportuno para ir estableciendo los necesarios campos de altura. Os muestro vídeo correspondiente a la ascensión de Edurne Pasabán de su ascenso al Manaslu, os podréis hacer una idea de lo difícil de la tarea. Mirar los grados de inclinación que se aprecian en el vídeo.



Fuentes: Web Carlos Pauner, iSOCO

lunes, 13 de septiembre de 2010

El Everest, en solitario

El vitoriano Alberto Zerain afronta el último tramo de su ascensión a la cima más alta del mundo por su cara norte. Fuera de los focos y de la obsesión por las marcas, el montañismo existe. Y todavía se puede subir al Everest (8.848 metros) disfrutando de la soledad del himalayista que busca descubrir la cumbre sin más ayuda que un yak y un buen compañero, ambos casi sinónimos. El montañero Alberto Zerain (Vitoria, 1961) forma parte de esos escaladores que eluden las cámaras y buscan el placer que supone ascender una cima mítica a pelo, por una de sus vías más difíciles, el corredor Hornbein, sin la ayuda de oxígeno ni de, por supuesto, sherpas, helicópteros y demás parafernalia. Alpinismo puro y duro.

Zerain, en principio, iba a afrontar la ascensión en solitario. Este reconocido alpinista -primer alavés que hizo cumbre en el Everest- mantiene el espíritu original de la ascensión a las cumbres, eludiendo cualquier ayuda externa. Durante semanas se ha ido aclimantando a la altitud del Himalaya y, en colaboración con Txingu Arrieta y otros dos amigos, han ido subiendo el material e instalando los distintos campos.
Fuente El Pais
Podeis leer mas sobre la aventura en solitario de este escalador echando un vistazo a su blog, merece la pena. Blog - Alberto Zerain

sábado, 11 de septiembre de 2010

Entrevista a Edurne Pasabán

Edurne Pasabán es oficialmente la primera mujer que ha logrado ascender los 14 'ochomiles' del planeta. Miss Hawley, considerada la notaria del Himalaya, ha enviado un comunicado a la tolosarra, en el que le informa de la decisión de no reconocer la subida al Kanchenjunga de Oh Eun Sun. Edurne Pasabán confiesa que a veces se aburría con sus amigas de toda la vida. El plan de comer pipas en el banco mientras esperaban a ver al grupo de chicos lo sentía como una pérdida de tiempo.

Fue entonces, a los 14 años, cuando Edurne Pasabán (Tolosa, 1 de agosto de 1973) comenzó a escalar con un club de montaña. Le apasionó y se nganchó. Ya no ha parado. Vio en la montaña una actividad perfecta para conocer lugares y nuevas amistades. En 2001 hizo cima en su primer ochomil, el Everest. En aquella ocasión lo hizo con oxígeno artificial, por eso ahora tiene pensado regresar allí en su próximo reto. Entonces lo hará sin oxígeno. Tras esa cumbre en el Everest, llegaron las demás: Makalu (2002), Cho Oyu (2002), Lhotse (2003), Gasherbrum II (2003), Gasherbrum I (2003), K2 (2004), Nanga Parbat (2005), Broad Peak (2007), Dhaulagiri (2008), Manaslu (2008), Kangchenjunga (2009), Annapurna (2010) y Shisha Pangma (2010). Todas ellas, confiesa, tienen su historia y son especiales. Sin embargo, elige la cima en el K2, en 2004 y en la que sufrió muchísimo, como un punto de inflexión en su vida. Allí pensó si quería seguir escalando o, por el contrario, optaba por un vida más normal, como la que podían tener el resto de sus amigas. La decisión que tomó es de sobra conocida. En el año 2007, tras la ascensión al Broad Peak y cuando contaba ya nueve montañas de 8.000 metros, se propuso como objetivo subir los 14 ochomiles, reto que consiguió en mayo de 2010. Sin embargo, es ahora, cuando todo el mundo pone en duda a la coreana Miss Oh, cuando se le reconoce que es la primera mujer en conseguir dicha hazaña. Algo, sin embargo, que no le preocupa en exceso, aunque sí le da tranquilidad que incluso la federación coreana no reconozca la cima de su escaladora. Tras esta etapa de su vida completada, Edurne Pasabán se encuentra inmersa en un nuevo proyecto. Está elaborando un libro en el que recuerda todos esos logros conseguidos.
No voy a empezar preguntándole por los demás. Centrémonos en sus logros. Ya ha conseguido su reto, ascender los 14 ochomiles. ¿Qué valoración hace?
Subir los 14 ochomiles fue el reto que me puse hace unos años. Empecé más en serio en el Himalaya en 1998, pero en ningún caso me planteaba subir ni terminar todas las cimas de 8.000 metros. Lo que pasó es que poco a poco fui haciéndolos y llegó un momento en el que tenía nueve montañas de 8.000 metros. Fue entonces cuando empecé a pensar en lograr las 14 cumbres. Veo que después de estos años, desde 2001 que hago mi primer ochomil y hasta ahora que he terminado, he completado una parte de mi vida y un trabajo que me planteé. Estoy muy contenta.
No se plantearía desde el primer momento lograr todo esto. ¿Cuándo decide que va ir a por las 14 cumbres?
Por supuesto que la primera vez que subí a una montaña no pensé en esto. Pero bueno, poco a poco fui subiendo, porque tenía amigos e iba conociendo gente que también subía. Y así, llega un momento en el que en el año 2007, cuando hago el Broad Peak, tengo nueve montañas de 8.000 metros y decido dar el paso y pensar que podía terminar los 14. Entonces pensé que podía conseguir un sponsor potente para terminar el proyecto, que podía tener siempre un mismo equipo a mi lado...
De todas las ascensiones, ¿con cuál se queda?
Todas tienen su historia. Además, ahora que estoy escribiendo el libro, me doy cuenta de que todas han tenido algo de especial. Sí que es verdad que alguna ha marcado más mi vida. Por ejemplo, el K2, en 2004, fue bastante importante para mí. Era una montaña muy complicada y sufrí congelaciones. A raíz de eso pensé si quería seguir escalando o prefería tener una vida más normal como podían tener mis amigos. En el K2 veo un punto de inflexión en mi vida y tengo especial recuerdo de ella. Aunque todas han tenido lo suyo.
Se quedaría entonces con el K2 como la ascensión más peligrosa...
Sí, la más peligrosa sería aquella, el K2. Aunque también ha habido otras complicadas, como el Kangchenjunga en el año 2009, el Annapurna este año...
¿De quién se acuerda y a quién agradece estos éxitos?
Me acuerdo de todo el mundo que ha estado conmigo todos estos años. Me acuerdo de muchos amigos de la montaña que se han quedado por el camino y ya no están, aunque pienso que desde allí arriba me han echado una mano y me protegen. Me acuerdo también de compañeros de expedición y de la gente que ha estado apoyándome en los momentos menos buenos.
¿A quién admira?
Tengo como referente a amigos que me han enseñado mucho todos estos años. Me acuerdo de mis comienzos con mi primo Asier, de Silvio Mondinelli, con el que empiezo a escalar las montañas de 8.000 metros... Pienso en mucha gente.
¿Es más difícil para una mujer conseguir este reto?
No es que sea más difícil. Lo que pasa es que éste es un ámbito masculino y las expediciones normalmente están compuestas sólo de hombres. Es un deporte en el que hay más hombres y parece que las mujeres debemos demostrar más, sólo por el hecho de que se cree que nosotras no podemos llegar a hacer una cosa así.
¿Cuál es su próximo reto?
Me quedaría hacer el Everest sin oxígeno, que es el único al que subí con oxígeno artificial. Era el año 2001 y subía mi primer ochomil, era inexperta, y entonces todo el mundo subía con oxígeno.
Y el libro que está elaborando...
Sí, desde luego. Y ése es más duro que cualquier ochomil (se ríe).
¿Como va eligiendo las montañas a las que subir?
Antes salían los proyectos a raíz de los amigos. Hablaba con Vallejo, con Silvio, con Juanito... Y decidíamos dónde ir. A medida que voy realizando el proyecto de los 14 ochomiles, donde ya tengo mi equipo, las cimas me las voy marcando yo.
Es muy afortunada por vivir de su sueño...
Sí, mucho. Yo creo que sí. Una de las cosas que más valoro y que más me gusta es poder vivir de mi sueño, de lo que más me gusta. Y no es nada fácil en el deporte de la montaña.
Todavía se encuentra en plenitud de condiciones. Pero, ¿qué hará cuando su cuerpo diga basta?
Ahora, en el alpinismo, estoy cuando mejor, físicamente bien y con experiencia acumulada. ¿Después? También hay muchas cosas por hacer. Por suerte tengo mis estudios, doy conferencias sobre motivación, estoy metida en el mundo del coaching... Me he dedicado a más cosas además de escalar y no tengo miedo al futuro.
En cualquier caso, ligada a la montaña.
Siempre, yo creo que sí. Edurne Pasabán se liga a la montaña y me podrán salir diferentes proyectos, pero siempre ligados a la aventura y a la montaña.
¿Qué tiene la montaña que tanto engancha?
Para mí es una forma de vida y tengo mucha pasión por ella. La montaña me dio mucha libertad. Tengo una familia bastante protectora y cuando terminé los estudios mi vida estaba un poco encarrilada a trabajar con mi padre. Sin embargo, llega un momento en el que veo en la montaña una manera de vivir, donde nadie me indica qué tengo que hacer. Vi en la montaña un lugar donde el camino me lo hacía yo.
Pero la montaña tiene sus momentos malos. ¿Qué le ayuda a seguir hacia delante?
La pasión que tengo por ella, lo bien que me lo paso, y que soy consciente de que tengo mucha suerte de que vivo de lo que más me gusta. Me gusta ir al Pirineo a entrenar, dar una conferencia o escribir el libro... Todo lo hago con mucha ilusión.
¿Y cómo se lleva eso de jugarse la vida en cada metro de ascensión?
Yo tengo asumido que la montaña es un deporte con un riesgo muy elevado, pero soy de las personas que piensa que en la vida hay que disfrutar cada momento. Al final, la montaña me da mucho más de lo que me quita y del peligro que tiene.
¿Siente miedo?
Sobre todo siento respeto por la montaña. Miedo también, porque yo no me quiero quedar en la montaña. No soy de esas personas que piensan en la montaña como lugar de su muerte. Para nada. Yo quiero morirme de mayor, como mi abuelo, con más de 90 años.
¿Cómo se recibe la mala noticia del fallecimiento de algún compañero?
Es muy duro, porque seguramente sea una persona a la que conoces y porque piensas que tú puedes ser el siguiente. Pero tengo confianza en mí, en lo que hago, y pienso en hacer todo lo posible para que algo así no me ocurra a mí.
Y tras una desgracia así, ¿no ha pensado nunca en dejarlo?
No, nunca. Le das la vuelta a todo y piensas que si lo dejas no habrá nada que te llene igual.
¿Cómo lo lleva su familia?
Al principio lo lleva mal, pero ahora, aunque no se terminan de acostumbrar, viven con ello.
¿Cómo son esos días previos a un proyecto de ascensión a un ochomil?
Días de ansiedad y nerviosismo. Dicen que me vuelvo un poco insoportable. Estoy muy nerviosa porque quiero atar todo, patrocinadores, materiales... Esos últimos días los vivo con pasión y ganas. Es una adrenalina que necesito, pero que esos días previos produce nerviosismo.
¿Y qué piensa en el momento de la ascensión?
Disfruto de lo que hago. Es verdad que me centro totalmente en lo que estoy haciendo, sólo me preocupa la ascensión de la montaña en la que me encuentre.
Y en el campamento base, ¿de qué se habla?
De todo. Se estudia la montaña y hablamos de lo que tenemos que hacer y de cómo debemos hacerlo. Pero también hay días en los que no se habla de eso y charlamos sobre cosas que nada tienen que ver con la montaña.
El objetivo es la cima. ¿Qué se siente al encontrarse en ella?
Los sentimientos son los propios del reto conseguido. Pero más que en la cima, son esos últimos metros, cuando ves que estás llegando, en los que más te emocionas. Al fin y al cabo en la cima sólo importa la foto con la bandera y estás pendiente de que no se te olvide nada ni nadie.
¿Alguna anécdota?
Hay muchas, pero justo ahora me acuerdo del Annapurna. Antes de llegar hay como tres lomas diferentes y empezamos a discutir sobre cuál era la cumbre verdadera. Y todo porque la foto tiene que sacarse en la cumbre buena. Al final, nos fotografiamos en las tres (se ríe).
¿Qué no puede faltar en la expedición de Edurne Pasabán?
Hay mucho tiempo muerto y la música y la lectura son muy necesarias.
¿Algún amuleto?
Tengo un muñeco de un cocodrilo, que me lo regalaron al principio cuando empezaba en esto. Ha subido conmigo a todas las montañas de 8.000 metros.
¿Como se prepara físicamente?
Llevo un entrenamiento como un deportista profesional. Tengo mi entrenador y mis médicos. Llevo a cabo un entrenamiento personalizado, cada día unas 4 ó 5 horas, que consiste en andar en bicicleta, en correr o subir a una montaña. Y cuando tengo tiempo me marcho 4 ó 5 días al Pirineo para habituarme en el medio, sobre todo en invierno.
¿Y la alimentación?
Hay un control de la comida: grasas, peso... Al final un deportista debe aprender a comer de una forma saludable y hay que quitarse cosas que a todos nos gustan pero no pueden ser.
Y en el aspecto psicológico, ¿se prepara de alguna manera?
Siempre he tenido una ayuda, sí.
¿En qué momento comienza su gusto por la montaña?
A los 14 años empiezo en un club de montaña a escalar. Allí me hago unos nuevos amigos que no tenían nada que ver con mis amigas de toda la vida, con las que me aburría comiendo pipas en el banco y esperando a que pasase el grupo de los chicos (se ríe). Veía que era una pérdida de tiempo. Encuentro en la montaña unos planes diferentes, un escenario para conocer lugares y gente, y me empiezo a apasionar con la montaña.
Los recordará con mucho cariño...
Sí, tengo mucha relación con la gente con la que empecé y que ha sido testigo de todo el proceso.
¿Y cuándo pasa de ser un hobby a una actividad profesional?
Es un proceso. Voy ascendiendo montañas, conozco gente... En 2003 es la primera vez que trabajo en Al filo de lo imposible, de TVE. Ahí es cuando se empieza a profesionalizar el tema.
¿Qué le queda por hacer?
Muchas cosas, sobre todo a nivel personal, que quizá no he podido hacer durante todos estos años. No he formado una familia, por ejemplo.
¿Y profesionalmente?
Me gustaría hacer cada año una expedición. Pero sobre todo ir a la aventura y, por ejemplo, explorar nuevas vías en las montañas.
Ahora sí, llega el momento de hablar de Miss Oh. ¿Cambia algo que se le reconozca como la primera mujer en subir los 14 ochomiles?
No va a cambiar nada. Yo ya terminé mi reto en mayo del año pasado, y ése era mi proyecto. Es verdad que pasará a los libros de historia y que igual tengo más conferencias, pero mi vida personal no cambiará.
No hay nadie que reconozca oficialmente estos retos...
No. Ése es el problema, que no hay ningún organismo oficial que diga quién es la primera o la segunda. Eso ocurre en los medios de comunicación; el posicionamiento se crea desde allí.
¿Se siente ahora más tranquila?
Mucho más. Cuando yo dije que teníamos dudas de la cumbre del Kangchenjunga de Miss Oh no era una cosa nueva. En Corea ya se lo temían, lo que pasa es que si quien lo dice es la rival... Se crea el revuelo. Lo dije yo y tengo que asumir esas palabras. Pero que la federación surcoreana piense igual que yo y que lo haya dicho públicamente me da una tranquilidad enorme.
¿Qué vio para "lanzarse a la piscina" y hacer esas declaraciones?
Las dudas empezaron con la foto de cumbre. Nosotros veíamos que ésa no era la foto de cumbre. Además, el día que ella subió al Kangchenjunga nosotros estábamos en el campo base y el tiempo meteorológico que hacía era malísimo. También se suponía que ella subió sin oxígeno y bajó sin que se le congelara ni un dedo. Pero en la montaña no hay dioses.
¿Y se arrepintió?
Sí, me ha apenado muchísimo el haberlo dicho. Sabía que la gente me iba a atacar por ahí.
¿Qué opina de Miss Oh?
No sé cómo está viviendo ella todo esto. Seguro que no está siendo fácil. Yo pienso que, de alguna manera, ella creía que sí había subido, y desde luego no sabía todo lo que iba a venir después.
¿Ha hablado alguna vez con ella?
Sí, en los campos base.
Usted es una persona conocida, ¿cómo se lleva la fama?
Muy bien. La gente es muy respetuosa conmigo y siempre que se acercan me demuestran mucho cariño. Estoy contenta.
¿Le han propuesto algún proyecto relacionado con la vida pública? Televisión, por ejemplo.
No, de momento no. Sé que hay alguna cosa por ahí, pero de momento, nada serio.
¿Cómo valora el escaso apoyo al montañismo?
No es un deporte público porque de alguna manera no lo podemos hacer público. Si hay una competición de atletismo o un partido de fútbol se retransmite por televisión, pero el problema de la escalada es que no podemos hacer un directo de la escalada.
¿Ha evolucionado desde que usted empezara en este mundo?
Han cambiado muchas cosas. Por ejemplo, el teléfono satélite, que antes no se tenía y que ayuda mucho al rescate. Ahora un helicóptero puede rescatar a un montañero en los 7.000 metros. Ha habido muchas evoluciones en poco tiempo.
¿Que impulso le daría?
Hay un problema. Y es que mucha gente del mundo de la montaña no quiere que esto sea mediático y piensan que va contra la filosofía de la montaña. Cada uno tiene que hacer la montaña como quiera. Yo me lo he planteado de esta manera, como un trabajo, pero otras muchas personas lo ven como un hobby. En cualquier caso, hay que respetar cualquier postura.
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