sábado, 9 de octubre de 2010

Brecha de Rolando

La Brecha de Rolando (Breca Roldán en aragonés, Brèche de Roland en francés) es un estrecho collado de 40 metros de ancho y 100 metros de altura, situado a una altitud de 2.804 metros en el macizo del Monte Perdido. Según una leyenda local, fue abierta por Rolando, el sobrino de Carlomagno, mientras intentaba destruir su espada Durandal golpeándola contra la roca al final de labatalla de Roncesvalles. En realidad se trata de una bella excursión en los Altos pirineos accesible desde Francia (Gavarnie) y desde España por el Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido (valle de Ordesa), desde el refugio de Góriz,  o bien ascendiendo por el circo de Carriata o por el de Cotatuero. Nosotros decidimos subir por el Carriata y bajar por Cotatuero.


Tipo de marcha: Circular
Distancia: 42 Km
Desnivel acumulado: 1804 m. de subida + 1804 m. de bajada.

La localidad de Torla situada a 1.032m, es nuestro punto de partida. Llegamos como siempre bastante de noche, salimos de Madrid por la tarde y llegamos sobre las once. Dejamos el coche en un amplio aparcamiento que se encuentra en la entrada del pueblo. Y rápidamente localizamos un camino que desciende hacia el río Ara, al NE, donde tomamos el GR.15.2 en dirección al Puente de los Navarros. Una vez en este punto, cruce de caminos, tomamos el GR.11 hacia la Pradera de Ordesa. Al llegar a la Pradera de Ordesa a 1.320 m. decidimos no aventurarnos más. Hasta aquí hemos sido capaces de seguir el camino sin demasiada dificultad, así que paramos a dormir en la pradera entre unos árboles, que nos protejan un poco del viento. Al amanecer, sobre las siete y después de haber dormido unas 6 horas, volvemos hacia atrás por la carretera unos 500 metros, para empalmar con un camino que sale hacia el N, ascendiendo hacia el Circo de Carriata. Seguimos la senda y, en la bifurcación "Clavijas/Fajeta" tomamos el camino de las Clavijas. Mientras ascendemos disfrutamos de las preciosas vistas del valle y del Tozal de Mayo a nuestra izquierda, hay gente haciendo escalada subiendo por la pared.
El paso de las clavijas se hace divertido, esta vez vamos David, Rafael, su hermano y yo, y realmente es divertido ver a algunos subir las clavijas (que me perdone), sobre todo pensando en el retorno que teníamos previsto por Cotatuero. Superado el circo, seguimos dirección N por trazas de senda marcadas con hitos, ya son las doce de la mañana y el sol aprieta.


Proseguimos hasta llegar a los Llanos de Salarons, recorrido que hacemos en una hora, pues es bastante más llano. Aquí hacemos un descanso para repostar y recrearnos con las vistas del camino que nos va a llevar hasta el Collado Blanco a 2.836 m. Todavía no sabíamos de lo largo y duro que nos iba a resultar. La subida discurre por una tremenda pedrera, con fuertes repechos en los que es fácil resbalar, ahora soy yo el que da pena, me ha dado una pájara de narices y tenemos que parar a comer algo, pues soy casi incapaz de dar un  paso más. Después de la parada de recuperación, nos ponemos en marcha para terminar de una dichosa vez la pedrera y alcanzar el Collado Blanco. Llegamos a lo alto del collado a las tres y media, las vistas son extraordinarias, vemos ya la Brecha, objetivo de hoy, pero también vemos el Taillón, el Cilindro de Marboré, el Monte Perdido.



Con la vista puesta es la Brecha de Rolando, el camino fue más fácil, va bastante más plano y poco a poco y casi sin darnos cuenta estábamos a los pies de la Brecha. Llegamos hasta el collado por el que se accede al Circo de Gavarnie sobre las cinco de la tarde. Una vez que hicimos algunas fotos por el lado francés y otras tantas por el español, nos pusimos en marcha camino del lugar en el que teníamos pensado dormir a 2200 m. la zona llamada el Sumidero.


El camino de bajada ya se nos hacía largo, teníamos ganas de parar del todo y descansar después de la caminata de todo el día. A las siete y media ya estábamos en el Sumidero y podíamos decir que la jornada estaba concluida. Nos preparamos la zona donde hacer el vivac y después de cenar algo y disfrutar del cielo estrellado, nos metimos al sobre a descansar, la jornada del día siguiente también tenía lo suyo, teníamos por delante la bajada por el Circo de Cotatuero y sus famosas clavijas.
El frescor de la mañana me despertó antes que a los demás, así que para no darles la lata antes de tiempo, me fue a dar una vuelta por los alrededores aprovechando para hacer fotos a los sarrios que durante la noche se habían aproximado y estaban por los alrededores. A eso de la nueve de la mañana terminábamos de recoger el chiringuito y comenzábamos la tarea de descender desde donde habíamos pasado la noche. Pusimos rumbo al Circo de Cotatuero. En dos hora y media más o menos teníamos a la vista la bajada por Cotatuero, las clavijas nos esperaban. El paso de las clavijas es de lo más espectacular, no queda más remedio que pasar por allí, es un camino que no deja otra opción, así que una vez que estas allí, toca apretar el culo si tienes vértigo y caminar pisando las clavijas clavadas en la roca, mientras vas cambiando los seguros que te atan a la línea de vida, el precipicio a tus pies es como para aturdir a más de uno. Pero despacito y sin prisa se acerca el final con cada que damos. Como se ve en alguna foto es estupendo el paso.





Una vez se ha pasado esta zona, el resto es caminar por sendero y mas tarde por una pista hasta que llegas a la pradera, nosotros llegamos sobre las tres y media, solo nos faltaba llegar a Torla para dar por concluida la ruta.






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