sábado, 8 de enero de 2011

Monte Perdido

Monte Perdido es el macizo calcáreo más alto de Europa. Su pico más elevado es el Monte Perdido con una altitud de 3.355 metros sobre el nivel del mar.


Tipo de marcha: Ida y vuelta
Distancia: 55 Km
Desnivel acumulado: 2355 m. de subida + 2355 m. de bajada

Valle de Ordesa
Esta ruta sería nuestra primera incursión en el valle de Ordesa. Nuestro propósito inicial conocer el valle y si es posible ascender la mítica cumbre de Monte Perdido. Preparamos esta marcha con la intención de dormir en el refugio de Góriz para desde allí intentar el ascenso a la cumbre. Nos desplazamos a la localidad de Torla y llegamos allí un jueves con la noche recién llegada. Arrancamos la ruta desde el mismo pueblo y cogiendo el camino que lleva a la pradera de Ordesa, lugar donde normalmente te deja el autobús que hace el recorrido desde el pueblo hasta el interior del Parque Nacional, por el camino de Turieto. El camino avanza por la margen derecha del río Arazas durante 7,5 km, a través de bosques densos de pino silvestre, haya y abeto. Esta ruta no presenta ninguna dificultad y es accesible para prácticamente todo tipo de excursionistas. La ruta está muy marcada por transitar por tramos de pista forestal y camino acondicionados y balizados como GR, con marcas rojas y blancas. Ataviados con nuestros frontales y deduciendo el camino en alguna que otra ocasión, llegamos en dos horas y media y sin ninguna complicación, a la pradera de Ordesa. Hacer este recorrido por la noche nos permitió ver luciérnagas, algo que ninguno de nosotros había visto nunca. Al llegar a la pradera, montamos un campamento improvisado entre los árboles y pasamos la noche al raso, en espera de la luz del amanecer. La noche fue bien, algún que otro ruido que a alguno le incordió un poco mientras dormía y con la fresca levantamos el campamento y pusimos rumbo al refugio de Góriz. La ruta para este día no tiene perdida, su recorrido discurre por un camino ancho, antigua pista forestal.
Gradas de Soaso
Está perfectamente balizado en todo su desarrollo al corresponder con una GR, con sus características marcas rojas y blancas y mantenerse en perfecto estado gracias al personal del Parque Nacional. Se trata de una ruta apta para todas las personas con aptitudes para caminar. Las vistas más espectaculares de este camino son las que se tienen de las cascadas y zonas de rápidos del río Arazas, conocidas como la Gradas de Soaso. Una vez superadas las Gradas de Soaso, el camino continúa hasta llegar a la cascada llamada Cola de Caballo, que es el punto más visitado del Parque Nacional, ya que se tardan tres horas desde el aparcamiento de la pradera. Las vistas del cañón desde la Cola de caballo son fabulosas. Ahora nos queda remontar el Circo de Soaso para llegar al refugio de Góriz.
Cola de Caballo
Para salvar el desnivel del circo y subir al refugio hay dos posibilidades. Para las dos tenemos que cruzar el río Arazas por un puente de madera, y seguir por un camino que asciende a la pared que hay a la derecha de la Cola de Caballo, la primera opción será trepar por las Clavijas de Soaso, que remontan la pared mediante unas barras de hierro clavadas en la piedra y ayudados por una cadena. La otra opción lleva más tiempo, pero no tiene ninguna dificultad, y hay que seguir por el sendero que hay a la derecha del puente de madera y que se dirige mucho más a la derecha de las clavijas. Una vez superado este tramo del Circo de Soaso, seguimos un sendero bien marcado y con buenas indicaciones que en cuatro horas nos lleva al refugio de Góriz o Delgado Úbeda. Este refugio a 2.200 msnm, es la base para la subida al Monte Perdido por la cara sur, vía que tenemos pensada utilizar para ascender a la cumbre.
Refugio de Góriz
Como nosotros tenemos tiempo por delante, decidimos pasar la tarde en las inmediaciones del refugio, montar la tienda que llevamos y dejar la tarea del ascenso a Monte Perdido para el día siguiente. La zona está a tope, muchas tiendas y el refugio completo, imaginamos que la subida estará concurrida y vamos pensando en darnos un buen madrugón para subir con las primeras luces del alba. Disfrutamos de la preciosa puesta de sol y después de cenar algo nos fuimos a echar un sueño, el despertador sonará sobre las cinco y hay que aprovechar el tiempo. Arrancamos la dura jornada del sábado en plena noche y un reguero de frontales nos indica el camino de ascenso que en tres horas nos llevará a la cumbre. Nada más salir del refugio nos dirigimos hacia la derecha para salvar las primeras rampas de la ascensión. Luego hay que seguir la senda que tuerce hacia la izquierda, subiendo por debajo de la Punta de las Escaleras, hacia la Ciudad de Piedra y el Lago Helado. Tras un buen rato caminando nos enfrentamos a una pared que con una pequeña trepada, nos dará acceso a la Ciudad de Piedra. Vamos a rodear los enormes bloques de piedra pegándonos a la pared de la derecha, algunos bloques tienen un tamaño descomunal. Después de pasar esta zona se llega a un collado desde el que se puede ver el Lago Helado, y desde sale el sendero para ir a Pineta y para subir al Cilindro de Marboré. Hacemos un pequeño descanso y vemos con atención lo que nos queda por delante, la famosa escupidera, que a pesar de que no conlleva ninguna dificultad técnica, es temida y respetada por todos los montañeros que ascienden en invierno, si aún les queda un gramo de cerebro y cordura.
Lago Helado
Desde el Lago Helado y hasta la cima del Perdido tendríamos que enfrentarnos a un desnivel de 375 metros. Así que no lo dudamos más e iniciamos el ascenso por la escupidera, al inicio sobre una cresta de rocas con una fuerte inclinación y luego a través de una infernal pedrera que nos hace caminar como el caracol que avanza dos pasos y retrocede uno. La piedra esta tan descompuesta que es como si las hubieran dejado allí amontonadas sin más. Una vez superada la pedrera se llega hacia un pequeño collado llamado el hombro, que da paso a la cima en 10 minutos. A eso de las nueve de la mañana el Monte Perdido con sus 3.355 msnm, nos regalaba sus impresionantes vistas con un frío bueno a pesar del sol que hacía. Las consabidas fotos para inmortalizar el momento y parada para repostar e ir pensando en la bajada, los 2.000 metros de desnivel que nos separan de la pradera van a poner a prueba nuestras piernas seguro.
Monte Perdido desde Lago Helado
Después de la pausa y de haber disfrutado de tan bella cumbre, ponemos rumbo al refugio para recoger los bártulos y llegar a la pradera a una hora decente como para poder montar un pequeño campamento para pasar la noche. El regreso se nos hizo bastante duro y la llegada al aparcamiento fue una prueba de resistencia para nosotros, los 1.100 metros que habíamos ascendido por la mañana mas los 2.000 de descenso nos dejaron las piernas molidas. Menos mal que el descanso nocturno, nos recompuso lo suficiente para descender en la mañana del domingo los 4.00 metros que nos quedaban hasta Torla. Objetivo conseguido, paliza gorda por las siete horas del viernes y las doce del sábado, pero felices por el logro.






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